Los seductores científicos son fascinantes porque estudian los mecanismos de las relaciones sexoafectivas actuales [ACIERTOOOOO] y luego aplican fórmulas para su hackeo que son nefastas, basadas en asunciones machistas y habitualmente con el propósito de sacar rédito económico y cuya principal consecuencia es molestar, acosar y forzar a mujeres [ERROOOOOR].
Hoy, Sara me ha descubierto a Paco, el taxista jebi madrileño de Sanse más chulo que un ocho participante de Gran Hermano y autoproclamado maestro seductor.
Que sea taxista era casi lo de menos… hasta que Repollo va y enlaza una cumbre borrascosa del cine español, esa escenita de El otro lado de la cama en la que el personaje que comparte oficio con el protagonista del post de hoy explica cómo liga él: entrándole a las clientas que se suben a su carro.
Pero Paco es mucho más que eso. Paco es un maestro. Paco enseña a otro participante de Gran Hermano a ligar. Paco te lo explica. Paco te cuenta cómo le funciona decirle a una tía que es peluquero y que «estaría más guapa de rubia». Paco tiene frases para abrir juego, tiene negas, lo tiene todo, papi. Puedes verlo en este vídeo.
Paco se ha acostado con el 90 por ciento de las mujeres (información sin contrastar con más fuentes) que ha conocido a lo largo de su vida. 90 por ciento. Yo le propondría el reto de acostarse con una (1) de las que están en la casa con él. Por las caras que ponen cuando le escuchan hablar de sus relaciones, SEGURO que lo tiene fácil.
Los caminos de la seducción científica son inescrutables y ahora los podemos seguir por la tele. Sería precioso que Paco se revelase como un seguidor de Mario Luna, Álvaro Daygame, Arturo Robsy o alguno de los americanos que empezaron todo esto. El círculo se cerraría. ¡Podemos!
Editado tras la expulsión de Paco: al final no duró mucho.