«No hay nada más parecido a un machista de derechas que un machista de izquierdas», dijo una vez alguien de cuyo nombre no puedo acordarme. Con los resultados de las elecciones catalanas fresquitos, hemos vuelto a tener ante nuestros ojos un ejemplo de esa máxima, que esta vez podría replantearse como «no hay nada más parecido a un machista independentista que un machista unionista». ¿El motivo? Los comentarios perpetrados por el personal sobre el físico de Inés Arrimadas, candidata por Ciutadans y protagonista de la semana por ser la nueva cara de la oposición en Catalunya.
Al tratar este tema, la actualidad nos empuja a tener en consideración algo que ha pasado hoy mismo. El periódico El Mundo ha publicado una entrevista con Arrimadas que ilustra, en páginas interiores, con la siguiente imagen (reproduzco la página entera pues el contexto importa):
¡Vaya! ¿Y esto? La imagen en prensa, cuando es acertada, aporta información por sí misma. La fotografía de la entrevista a Arrimadas destaca porque… le han cortado la cabeza a la persona entrevistada, aunque en la portada del periódico sí aparece su rostro. El Mundo se la ha jugado bien, porque lo que han intentado es reflejar que detrás de la candidata a la Generalitat está Albert Rivera. No era mal plan y verdaderamente esa imagen tendría mucha fuerza informativa, pero desde el punto de vista Antiseductor se considera que decapitar a una mujer no es buena práctica, aunque sea en una fotografía.
Obviamente, El Mundo quería reflejar con esta impresionante foto (impresiona que hayan arriesgado tanto, que se hayan salido de los cauces habituales) que Arrimadas es una marioneta y que el personaje omnipresente que hay detrás de Ciutadans (Ciudadanos, más allá del Telón de Pa amb Tomaquet) es Rivera… sin embargo, esta fotografía no aparece en el vacío sino en un contexto concreto, el de nuestra sociedad. ¿Qué problema supone esto? Que la representación de la mujer reducida al cuerpo, sin cabeza, no es una novedad y además es una mierda. Aunque el autor de la foto, el periodista que firma la pieza, el editor y el director (no sé si me falta alguien en la cadena de montaje de la noticia de El Mundo, o si tal vez me sobra alguno) tuviese absolutamente claro que su mensaje era «detrás de una gran mujer hay un hombre que lo hace todo en España», la impresión que causa la composición no tiene por qué ser exactamente la que ellos querían. De ahí las quejas.
Propuesta de periodismo ético de Antiseductor: la fotografía debería haber sido Inés Arrimadas de cuerpo entero (bueno, o no, pero CON LA CABEZA), desenfocada, con la cara de Albert Rivera en segundo plano, enfocada.
ACTUALIZACIÓN
El diario El Mundo se ha pronunciado sobre la fotografía. Básicamente, su argumentación gira en torno a dos puntos. Por un lado, la edición fotográfica no tenía intencionalidad sexista sino que buscaba reflejar que el líder de Ciudadanos es importante para entender al partido y a la propia Arriadas. Por otro lado, es una fotografía que debe entenderse en complemento con la que aparece en portada, donde sí vemos el rostro de la líder de Ciudadanos en Catalunya.
La defensa era previsible y no hace falta cambiar ni una coma de lo expuesto en Antiseductor.
Tu opinión sobre el físico de las políticas no le importa a nadie
Por supuesto, desde Antiseductor jamás se va a defender que la aparición de mujeres en política sea algo intrínsecamente deseable (porque el sistema es el que es, y una mujer política -o empresaria- no solucionaría el problema del sistema capitalista) pero al menos, ya que aparecen, sí que vamos a estudiar qué reacciones provocan.
Una de las reacciones que se pueden apreciar cuando una mujer (sobre todo si esta mujer es joven y especialmente si además de joven encaja con el canon de belleza imperante) entra en la esfera pública es la cantidad de comentarios sobre su físico que se vierten, como si le importasen a alguien, como si fuesen relevantes, como si no nos pudiésemos callar el polvazo que le echábamos o el asco que nos da porque aunque esté buena es una facha de mierda. Con Inés Arrimadas solo hace falta realizar una búsqueda en Twitter del tipo «Arrimadas polvazo» o «Arrimadas buenísima/buena» para darnos de bruces con una cantidad considerable de mensajes bastante turbios.
Estos mensajes en concreto han sido lanzados a internet mediante un canal que permite que esos comentarios que parecen hechos en petit comité pero en realidad quedan ahí, a la vista de quien quiera buscarlos. Me remito únicamente a Twitter porque aunque efectivamente he oído comentarios de este tipo fuera de internet, la red de microblogging nos deja un espléndido archivo de sobradas que podemos usar como fuente.
De entrada, podríamos considerar que a nadie le importa no solo tu opinión sobre el físico de una figura pública, sino directamente tu opinión sobre el físico de ninguna mujer. Por supuesto, hay casos y espacios donde sí que es relevante si alguien te resulta atractivo, pero esto no ocurre todo el tiempo. Con tus consideraciones sobre lo buena que está o el asco que te da quien sea en público, estás haciendo eso que hacemos todos los hombres: ocupar espacio. Es un espacio intangible, ya sean las ondas del aire que transmiten tus palabras o los pixeles que conforman las frases que dejas escritas en internet, pero ahí está. Y no eres el único que lo hace. Como tú, cientos, miles, millones de hombres ocupan espacio con voces atronadoras y comentarios en foros y redes sociales. Está buena. Está buena. No está buena. No está buena. Me la follaba. No me la follaba.
BASTA.
En Antiseductor propugnamos el no hacer, también en este caso. Si uno de los pocos papeles que podemos desempeñar aquellas personas que hemos sido socializadas como hombres heterosexuales dentro del feminismo es callarnos la boca y dejar de hacer las cosas que hacemos por el mero hecho de poder hacerlas, dejar de opinar sobre el físico de las mujeres o de cualquier otra persona, especialmente en público, es una de las formas de estar más cerca de lograr ese objetivo.
Si todavía quieres más, puedes seguir la cuenta de Twitter de Antiseductor, puedes darle a “me gusta” en la página de Facebook de Antiseductor o dejar preguntas en el Ask de Antiseductor.