En qué se parece un experto en seducción a un captador de ONG

zapp brannigan y kiff de futurama

Hace cuatro o cinco veranos, para sacarme un dinero, me metí a captador de ONG. Me habían contado que algunas empresas pagaban un pequeño sueldo base y luego ibas a comisión pero, en la que yo recalé, cuyo nombre no recuerdo ni a tiros, no ofrecían tal lujazo. Contrato mercantil (papel mojado, todavía más que otros tipos de contratos) y, luego, si convencías a alguien, te llevabas algo de pasta, pero, si no, habrías trabajado en balde. Duré exactamente dos días; todavía no tenía herramientas para explicarles que me parecían unos explotadores así que me inventé que había encontrado algo de «lo mío» porque me daba vergüenza haber aguantado dos medias jornadas.

En esas escasas ocho horas que ejercí de brasas con chapita legitimadora, identifiqué rápidamente al pringao que, como yo, se metía en eso a ver qué pasaba en contraposición con el tiburón de la manipulación, capaz de sacarle los cuartos a una ancianita que ya colaboraba con dos ONG sin despeinarse y sin atisbo de remordimiento (caso REAL). Ahora, cada vez que veo a estos colegas en calles transitadas de mi ciudad (el perfil ha cambiado mucho, ya no son solo chavalines, también hay gente que pasa los cuarenta imagino que desesperados por la crisis) me fijo en los tiburones de la manipulación y pienso en los seductores científicos que, en esas mismas calles, asaltan sin pudor alguno a desconocidas para venderles una película y ver si sacan rédito.

¿Captan los captadores de ONG / ligan los expertos en seducción?

La respuesta corta es: sí.

La respuesta larga es: sí, pero no como ellos creen que lo están haciendo.

barney stinson gif

La anécdota que viene a continuación es representativa. En esos dos días que ejercí de captador, conseguí un número de teléfono. Una mujer me dijo que sí, que quería poner pasta para investigar sobre la leucemia o no sé qué movida, no recuerdo bien, y quería saber dónde había que firmar. Yo FLIPÉ en colores, ¡lo había logrado!, alguien había caído en mi red porque yo lo había hecho de lujo, había utilizado las palabras clave, le había sonreído y había jugado con mi lenguaje corporal para convencer a alguien de que me diese su cuenta bancaria para quitarle dineros una vez al mes.

Tras charlar un poco más con ella, me explicó la razón de mi triunfo: ella ya venía con la intención de hacerse socia de alguna ONG porque estaba montando una empresita y jeje eso desgrava ejeje.

No, mi sex appeal y saber hacer no tuvo nada que ver. El peinado, la forma en la que me había recortado la barba, mi postura, cómo proyecté la voz, cómo clavé mis pupilas en sus pupilas azules, la frase que utilicé para iniciar conversación con esa mujer desconocida… nada de eso influyó lo más mínimo en que yo consiguiese mi objetivo. Ella quería hacerlo de todos modos.

Los seductores vendehumo eliminan esta posibilidad de entrada. Jamás se plantean absolutamente nada de la otra parte contratante. Nunca tienen en cuenta a la mujer a la que molestan, la ven como un rompecabezas a resolver. Si digo esto, hago esto y visto de este modo, es más probable que me la ligue. El discurso que mantienen es que, si tú lo haces «bien», todo irá bien. Pasan por alto que la persona a la que le dan la barrila pueda tener sus propias motivaciones, su propia autonomía, su propio deseo. Un seductor científico cree que si quiere, puede, que todo está en su mano, que su mejora personal es lo único de lo que depende su triunfo en cualquier plano de la vida. Esto, por supuesto, nos lleva al pensamiento mágico, al coaching (al fin y al cabo, un seductor científico ES un coach) y al pensamiento neoliberal de que solo aquella persona que se lo merece, que se lo trabaja, podrá acceder a lo que realmente quiere, y que si tú, querido amigo, te lo trabajas, efectivamente lograrás lo que mereces. Obviamente, por experiencia propia y ajena, podemos confirmar que es mentira.

Coda: No recuerdo a cuanta gente le intenté vender la película de la ONG en esos dos días en los que estuve pateándome las calles de la ciudad, pero os puedo asegurar que la proporción de la gente molestada / gente que finalmente me dio su teléfono fue absolutamente lamentable. Aplicado a los seductores científicos, hace entender un poco más cómo funciona su método: si le entro a 100 personas, es probable que al menos una quiera darme su teléfono, aunque no sea por las razones que yo pienso.

Si todavía quieres más, puedes seguir la cuenta de Twitter de Antiseductor, puedes darle a «me gusta» en la página de Facebook de Antiseductor o dejar preguntas en el Ask de Antiseductor.

4 thoughts on “En qué se parece un experto en seducción a un captador de ONG

  1. https://www.youtube.com/watch?v=CEuKxDquy7E

    Creo que el enlace de arriba habla por si solo del deplorable comportamiento falocentrista del que estabas hablando. De la misma manera deja en evidencia algunos puntos del artículo que se ha escrito aquí.

    23 números de teléfono en dos horas conlleva que casi todas las personas con las que este pájaro habla querían formar parte de «una ONG» en este caso. Habría chicas que seguro han pasado de él, pero no creo que el ratio fuese tan alto como el descrito en el artículo.

    Me he quedado de piedra al ver que incluso una de ellas le ha dado las «gracias por ser tan valiente» (thank you for being so brave) lo que me da realmente miedo al pensar que SI puede haber chicas que esperan o desean que sean los chicos los que se acerquen a hablar con ellas. ¿Habría que reeducar a estas chicas? ¿Explicarles que su comportamiento perpetua el heteropatriarcado? Estoy confuso `porque me parece que hay ciertas sinergias que se retroalimentan.

    No quiero defender nada, sólo me hago preguntas. No soy muy dado a creer en blancos o negros sino en infinitas escalas de grises.

    Saludos.

    1. ¡Hola, Sergio!

      1. Lo primero de todo, y esto es algo que llegaremos a tocar en profundidad en el blog, es tener claro que lo que tenemos ante nuestros ojos es un vídeo. 23 números de teléfonos en 2 horas SEGÚN nos cuenta este amable señor seductor en una pieza audiovisual. Hay un tema con los vídeos de seducción de «demuestran» cosas: son imágenes mediadas. Ha habido una edición (no es un plano secuencia de 2 horas en el que podamos confirmar que son 2 horas las que transcurren, no sabemos a cuántas chicas le ha dado la tabarra en el tiempo empleado para grabar el vídeo porque ha dejado, lógicamente, fuera a las que le dicen que no…) y una preparación previa (no, no digo que contrate a nadie, ni que las que salen ahí sean sus amigas… PERO PUDIERA SER).

      Al mismo tiempo, conseguir 23 números de teléfono en 2 horas no es ninguna hazaña. Pregúntale a alguna amiga o conocida si alguna vez le ha dado su número de teléfono (¿tal vez uno falso?) a un pesado al que no sabía quitarse de encima. Efectivamente y sí, estas cosas pasan.

      En un futuro post tocaremos también las DIFERENCIAS entre un captador de ONG y un seductor científico: una de ellas es la intencionalidad y cómo una chica puede identificar a un captador por su chaleco rojo de Cruz Roja pero no a un seductor científico (que no lleva distintivo). Al primero lo despachamos desde antes de que utilice su frase mágica para entrarnos; el segundo es más difícil identificar.

      2. Nosotros no tenemos que reeducar a las mujeres, nos tenemos que reeducar a nosotros mismos y a los que son como nosotros. El tema no es explicarle a una mujer «oye, tía, que le estás dando alas a un heteruzo» sino explicarnos a nosotros mismos y a los flipaos de nuestros amigos que lo que están haciendo ES perpetuar el heteropatriarcado/los roles de género tóxicos/la violencia contra la mujer.

      Gracias por tu comentario 🙂

      ¡Un abrazo!

      1. Creo que estamos a las puertas de un interesante debate.

        La primera parte de tu comentario me parece muy poco sólida. La única prueba que tenemos de que este tipo está haciendo trampa es que no nos gusta ni lo que hace ni lo que promueve. Yo también pensé eso al principio, pero me he dado cuenta de que sin tener una base sólida para llegar a tal conclusión no me queda más remedio que tragarme que lo que aparece en este vídeo es verdad. La negación de un evento o situación simplemente por el hecho de que no nos gusta es un rechazo normal ante hechos que alteran la percepción que tenemos del universo que nos rodea. Puede que este señor sea un farsante, pero no tengo ninguna prueba de que así sea, por lo que no lo voy a asumir para satisfacer mi deseo de que vivamos en una sociedad mejor de lo que en realidad es.

        Asumiendo que el señorito ha conseguido 23 números en dos horas, es posible que muchas de las chicas le hayan dado un número falso, me alegro por esas chicas. Pero estoy hablando de las 5 – 6 chicas que le dan su teléfono sonrientes, e incluso una, con un claro acento del Este, le agradece «ser tan valiente».

        Preguntando sobre el tema con amigas me he encontrado con respuestas un poco intrigantes. Todas mis amigas que salen por la noche y entran en los cánones sociales de lo que la gente llamaría guapa, se quejan de ser asaltadas en discotecas por pesados, babosos, y heteruzos a los que despachan de manera brutal. Sin embargo una de ellas (mi mejor amiga) me contó como el otro día un chico se le acercó en un bar, muy indiferente, confiado, «mono»… Y ella encantada de la vida le dio su teléfono y esta dispuesta a quedar con él. «Me hacía reír», «era muy majo» y la que más me sorprendió de todas «le echó un par de huevos». Para mi amiga, está persona no entraba en la categoría de «pesados, babosos». Y preguntando a otras chicas, casi todas por un lado reprueban la ídea de ser entradas por babosos, pero aceptan su posición pasiva al ser entradas por otro tío que ellas entiendan como interesante, al que ni conciben dentro de la categoría (que es de donde realmente vienen) de pesados, babosos, heteruzos. No digo que todas las chicas sean así, no lo son, mi compañera de piso dice que en sus círculo son las chicas las que tienen un papel activo a la hora de conocer a otras personas, y otras, que directamente han rehuido de la idea de ir a discotecas, porque no quieren conocer a nadie y punto.

        Entiendo por lo tanto que hay un alto porcentaje de chicas que pese a no querer ser «asaltadas» por babosos, si están dispuestas a entablar relaciones con otras personas, que simplemente por un comportamiento externo positivo, confianza, o no parecer que la chica les debe algo, se saltan la barrera del pesado baboso y entran en la de alguien interesante que les apetece conocer.

        Lo que quiero decir es. Si este coaching de los 23 números, tiene tanta experiencia y tanta «manipulación social acumulada» como para saltarse con facilidad los filtros de babosos y pesados, y tiene la habilidad de convertirse en una persona de interés para cierto segmento de chicas, ¿no es un deber el reeducar a la gente para que entienda que hasta el tío más guay, guapo, confiado e interesante del mundo, simplemente por el hecho de que te esté hablando, y por mucho que te apetezca que te hable, perpetua el heteropatriarcado y el falocentrismo? O por el contrario deberíamos pensar que determinado segmento de chicas son lo suficiente maduras como para saber lidiar con los babosos y saber con quien tienen o no que hablar pudiendo ser facilmente manipuladas por tipos tan indeseables como el del vídeo.

        Veo que en foros de este tipo, se tiende a pensar, que esto de la seducción y las dinámicas sociales «son los padres», que nada funciona. Pero tengo la absoluta certeza de que no es así… Funciona, a algunos les ves venir a otros no, y otros simplemente han convertido estos actos en un estilo de vida y la facilidad con la que se llevan a una chica a la cama y luego la deshechan como un kleenex es alarmante. Un caso comprobado es el del tipo éste del vídeo (si veis lo que hay por EEUU… Álvaro Reyes y los de la Seducción científica son hermanitas de la caridad)

        Saludos

      2. ¡Contesto!

        No, a ver, no rechazo una realidad por el mero hecho de que no me guste. Puntualizo que un vídeo es siempre una imagen mediada. Alguien ha elegido ese encuadre, alguien ha elegido ese sonido, alguien ha elegido esos cortes, alguien lo ha montado de esa forma, alguien ha rotulado de aquella manera. «Tragarse» lo que sale en un vídeo lo haces si quieres, pero a mí me gusta tener en cuenta todo esto. Es como una fotografía: importa tanto lo que está fuera como lo que está dentro del encuadre. Esto lo dijo un señor cineasta de cuyo nombre no puedo acordarme: cine es lo que queda fuera de plano. Por lo tanto, no es que niegue que ese señor haya conseguido 23 números en 2 horas, sino que tengo en cuenta que me estoy fiando de la palabra de alguien a quien le conviene que me lo crea (porque me vende luego su mierda, claro). Rechazar que ese vídeo sea «real» no es pensar en que vivimos en un mundo mejor de lo que es sino todo lo contrario: vivimos en un mundo donde te montas tu película y la vendes y le dices a millones de pavos que sigan tu ejemplo. Es un mundo bastante mierdas ese.

        No estoy de acuerdo con que sea un deber enseñarle a ellas que cuando se van a la cama con un tío chungo están perpetuando el heteropatriarcado porque es ponerles sobre los hombros más peso y responsabilidades de lo que les corresponde. NUESTRO deber es evitar nosotros mismos convertirnos en uno de esos notas chungos y evitar en la medida de lo posible que los hombres de nuestro alrededor, nuestros amigos, nuestros conocidos, nuestros familiares, se conviertan en ellos. Ese es nuestro campo de acción y no, jamás, decirle a una mujer qué debe hacer o con quién debe acostarse.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.