El País, que antes era el «periódico independiente de la mañana» pero que muy acertadamente cambió esa línea porque de lo único que era independiente era de la mañana, nos ha deleitado con un artículo sobre los errores que un hombre (cis, hetero, suponemos) no debe cometer en una aplicación de las que se usan para intentar ligar. Sirva este post de respuesta a los lugares comunes y chorradas varias que nos hemos tenido que tragar.
Introducción básica a las aplicaciones para ligar
Eres hombre (cis, hetero) y quieres tener una relación con una mujer (cis, que le gusten los tipos como tú). La matraca que se está dando con las webs de ligue (OKCupid, Match, Meetic) y las aplicaciones de ídem (Tinder, Happn) te ha hecho pensar que puede ser un buen sitio donde encontrar a alguien con quien pasar un rato, acostarte o iniciar una relación sentimental duradera.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que las apps de ligue no son una realidad al margen de la analógica, ni aparecen en el vacío sin influencia externa. Las apps de ligue son solo un escenario dentro del mundo en el que vivimos donde se reproducen las mismas actitudes, comportamientos y relaciones que se dan fuera. Lo que quiero decir con esto es que, aunque estén pensadas para facilitar los encuentros de índole sexo-afectiva, están sujetas a las mismas reglas básicas de respeto que un bar, una discoteca, la biblioteca, el metro o la misma calle.
¿Qué dices, tío? ¿Que lo mejor es que no le mande ningún mensaje a ninguna tía en una app que está precisamente PARA ESO?
No, no exactamente. Lo que digo es que tengas en cuenta que puedes llegar a molestar, aunque a ti te parezca que estás haciendo lo más normal del mundo.
Por ejemplo: la web OkCupid basa su método en el contraste entre tu perfil y el perfil de ella. Tú respondes a unas preguntas, ella responde a las mismas preguntas y OkCupid te dice «en función de lo que habéis respondido, sois compatibles en un 90%», o en un 85% o en un 4%. Es obvio pero parece que hay que repetirlo: aunque el algoritmo de OkCupid no sea La Verdad Absoluta, tenlo en cuenta antes de mandar un mensaje. De hecho, hay filtros que evitan recibir mensajes de aquellas personas que no llegan a un porcentaje de match mínimo, así que a lo mejor le estás mandado un «hey qué tal :)» a una chica que no lo está leyendo porque bloqueó las tomas de contacto para todo el mundo con quien no tuviese al menos un 80% de compatibilidad.
Del mismo modo, Tinder tiene un pequeño espacio reservado para una descripción personal. Si en la bio de ella pone «Me gusta la cerveza, pero no busco sexo esporádico» no empieces a escribirle que «Podríamos tomar una cerveza y luego ir a mi casa ;)» porque es probable que te pregunte que por qué leíste lo de la cerveza pero lo del sexo esporádico te lo saltaste.
En definitiva, la excusa de «si está en una app de ligue, sabe a lo que se expone» es una soplapollez que sirve para intentar excusar actitudes que, en realidad, no tienen excusa. Ojo con eso.
Desmontando a El País
Queremos dar las gracias al diario global en español por ponernos este post a huevo. ¡Sin periodismo no hay Antiseductor!
1. No descuides la fotografía
Esto es básico, pero no por las razones que El País cree. El diario refiere a un estudio de la Universidad de California que no enlaza donde, por lo visto, detallan que «las usuarias no escogen a los más guapos, sino que se fijan en detalles como el gesto o la forma de vestir». Luego, recoge la opinión de una bloguera anónima, que no tengo muy claro por qué es relevante, para dirigir el discurso. La chavala opina [de] que le «horrorizan los hombres descuidados, o los que aparecen sin camisa, pero también los que salen demasiado maqueados».
A mí me parecen perfecto que la bloguera sea capaz de verbalizar su deseo y exponer qué es lo que le mola a ella, pero se corre el peligro de tomarlo por una opinión generalizada. Cuando digo «se corre el peligro» digo que, bueno, lo estás publicando en el periódico más leído de España. Un poquito de cuidao con estas cosas, ¿no? «A las mujeres les gusta X» es siempre una mentira tamaño deluxe porque «las mujeres» no son un grupo homogéneo que comparta preferencias hasta este punto. Recordemos brevemente que hay mujeres a las que no les gustan los hombres y mujeres a las que no les gusta nadie. Ya está, podemos continuar.
La recomendación desde Antiseductor a «no descuides la fotografía» es JUÉGATELA y pon la foto en la que mejor, donde «mejor» significa «más claramente», se te vea. ¿Tienes la tocha enorme? ¿Orejas de soplillo? ¿Se te ve el cartón? ¿No haces ejercicio desde aquella pachanga del Mundial ’82? Nada de eso va a desaparecer cuando quedes con una tía que hayas conocido en Tinder o en OkCupid, así que ¿por qué no dejarlo claro desde el principio? Las fotografías mirando al infinito en blanco y negro con gafas de sol a la última te van a hacer parecer lector (¡incluso redactor!) de la JotDown y ya hay otros cuatrocientos millones de tíos con retratos haciendo surf, escalada o tocando la guitarra. ¡Pon las cartas sobre la mesa desde el primer momento! Total, tú también te quejas cuando quedas con alguien y no se parece a su foto de perfil.
2. No empieces con piropos
Ni sigas con piropos, ni termines con piropos. El piropo es, por definición, una mierda como un piano.
En este apartado, El País, siempre a través de la fuente anónima que prefiere no identificarse en la que se basa gran parte del peso el artículo (si algo te hace gracia pones LOL), nos recomienda, además, no mandar fotos de nuestro pito. Se han herniado con esto, ¿no?
Mandar fotos de tu rabo sin que te lo hayan pedido es violento y no debe hacerse bajo ningún concepto si no te lo han pedido antes. Como lanzar un piropo, mandar una foto de carácter sexual sin que haya mutuo acuerdo demuestra que no tienes en cuenta la opinión, ni te has molestado en pedirla, de ella y te crees con el derecho a invadir su espacio (virtual, en este caso) con TU PENE, con tu pene y con todas las implicaciones que tiene tu pene.
Igual que en la foto de perfil es mejor mostrar lo que hay desde el principio, mandar una foto de tu miembro viril sin petición expresa previa es una de las cosas más turbias que puedes hacer. No seas ese tío. De nada.
3. No vayas de chulo
Nos dice El País que «A veces, el hombre se pasa de listo, bien por inseguridad o bien por exceso de ego». Y luego pone en boca de la misteriosa bloguera que «hay muchos hombres prepotentes, que van de castigadores, como si cuestionaran tu inteligencia y tuvieras que pasar un examen porque tienes mucha suerte de que se hayan fijado en ti. Son cansinos». Donce dice «ir de chulo», «se pasa de listo», «prepotentes», «van de castigadores» y «cansinos» debe leerse «tener actitudes tóxicas».
Hay toda una escuela de pensamiento entre los seductores científicos que, apoyándose en idioteces, invita a los tíos a que nos mostremos duros con las tías, porque, por lo visto, a ellas no les gustan los hombres blandengues sino los machos de verdad, rudos, directos y decididos. Como cualquier cosa que explica un maestro de la seducción, esta teoría está basada en prejuicios. No hay nada de bueno en pasarse de listo. No hay nada de bueno en ser prepotente. No hay nada de bueno en ser un castigador. No hay nada de bueno en ser un cansino. No lo hagas, y ya está.
4. No escatimes en emoticonos
«Una encuesta de la web Singles in America señala que los solteros que utilizan emoticonos en sus mensajes de texto tienen más relaciones sexuales que los demás».
Esta es, periodísticamente, muy buena. Podríamos reescribir ese párrafo de la siguiente manera: «Una encuesta de una empresa que gana pasta gracias a los solteros que usan su página se ha inventado un titular y ha cocinado unos datos porque de vez en cuando le mola publicar estudios sacados de la manga para que no te olvides de que tienes que ligar, porque al fin y al cabo es su negocio».
Pon los emoticonos que te apetezca, tío.
5. No seas impaciente, 6. No hables de sexo durante los primeros contactos, 7. No te pongas pesado, 8. No te eternices
Estos párrafos podrían resumirse, una vez más en «ten en cuenta que al otro lado del teléfono hay una persona que está leyendo tus mensajes, que tiene su propia vida, que tiene sus propios tiempos, que puede tener reticencias a quedar con alguien aunque esté usando Tinder y que NO TE DEBE NADA». No seas impaciente, no te pongas pesado y si pasan las horas, los días, las semanas y los meses sin haber recibido una respuesta, incluso cuando habíais mantenido una breve conversación, no te enfurezcas ni llores. Hay millones de motivos por los que una persona puede dejar de hablar contigo en una aplicación de ligue y ninguna justifica que uses insultos, le faltes al respeto o te pongas a llorar porque nadie te quiere. Acéptalo y sigue adelante.
¿Hablar de sexo en los primeros contactos? Confío en tu criterio. Date cuenta de que es incluso posible que sea ella la que hable de sexo durante los primeros contactos. En OkCupid, por ejemplo, es común que los perfiles de la gente expliciten ciertas prácticas sexuales que buscan o que detestan. Existen otras páginas de contactos que están orientadas específicamente a las relaciones sexuales, donde quienes las usan buscan eso y no otra cosa. No es que no debas hablar durante los primeros contactos, es que debes tener en cuenta a la otra persona.
9. Y, por favor, no mientas
Esta debería ir la primera de todas.
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