Hola, Santiago.
Sé que no nos conocemos y que es un poco raro, pero tampoco te voy a tratar de usted, como si fuésemos dos flipaos del debate en Internet de mediados de los 2000.
He leído tu artículo «¿Terrorismo machista?» y quería contestarte. Dejaría un comentario, pero a lo mejor se me queda un poco largo. Tengo la esperanza de que leas esto y me respondas, pero si no lo haces porque pasas de leer los comentarios que hace la gente a lo que publicas lo entenderé. Al menos quedará todo esto por escrito, para que quede claro que no todos estamos contigo (en este asunto).
La primera cuestión que quiero hacerte llegar es extrínseca al texto. Verás: ya tenemos a Juan Soto Ivars diciendo que hay un machismo leve y contando que una vez una chica se le puso farruca cuando le sujetó la puerta; ya tenemos a Cristian Campos reclamando «menos empatía»; ya tenemos a Javier Marías, a Arturo Pérez Reverte y a Juan Abreu.
Ya tenemos, en definitiva, una extensa lista de columnistas de extremo centro que critican el feminismo y conceptos como el de «terrorismo machista». Me gustaría detenerme por un momento en Juan Soto Ivars, que empieza a ejemplificar eso que han llamado en este artículo «La nueva estrategia del machismo intelectual: situarse como falso defensor del feminismo«.
No digo que tú seas un «falso defensor del feminismo» o un «machista intelectual»; digo que tu artículo lo podría haber firmado alguno de los arriba citados. Ya tenemos muchos opinadores de este palo. Te necesitamos aquí, no con ellos.
Sobre el concepto de «terrorismo machista»
Me parece muy interesante lo que planteas, aunque luego no lo desarrolles demasiado.
A mí, personalmente, también me preocupa la mala utilización de términos que acaban por diluir su significado y quedan relegados a meros significantes, vacíos de contenido. Del mismo modo, coincido en que aplicar la antiterrorista no es el bálsamo de Fierabrás y coincido con que el patriarcado no actúa como un grupo organizado. 100% a tope con todo esto: merece mucho más análisis.
Lo que me sorprende es que lo formules como un reproche hacia el feminismo en lugar de, por ejemplo, ofrecernos alguna alternativa.
Se me ocurre que podría ser una buena cosa. Veo bastante necesaria una reflexión desde dentro, desde los hombres, sobre todo este tema, sobre todo para articular algún tipo de ruta o guía que nos ayude a mejorar el tema en general. Lo que no veo tan necesario es cargar contra el feminismo cuando, bueno, podemos trazar nuevos caminos sin molestar a nadie.
Al margen de esto, sin embargo, me gustaría romper una lanza en favor del término «terrorismo machista». ¿Has hablado con alguna amiga o compañera sobre esto? ¿Te han transmitido cómo se sienten cuando tienen que caminar solas de noche al volver de tomar una cerveza? ¿Cuando se quedan a solas con su jefe, el viejo verde? ¿Cuando han pasado por una relación con un maltratador e intentan volver a confiar en los hombres? A mí me suena a «terror».
Coincido contigo, también, en que el caso concreto al que te refieres, el de los ancianos, es muy difícil de encuadrar como «terrorismo», pero convendrás conmigo en que era la elección fácil para conseguir el efecto que deseas, ¿verdad? No has elegido, por ejemplo, el caso del español que mató a sus dos hijos en Alemania, ¿no? Tal vez ese sea una mejor muestra de por qué «terrorismo» no tiene por qué ser un término tan desacertado.
Llegados a este punto, lo único que me queda añadir es que, si querías criticar el tema Montero-Iglesias, podías haberle buscado las vueltas al tema por otro lado.
Espero, como digo, que leas esto y, por pedir que no quede, respondas.