¿Cómo puedo conocer mujeres? ¿Cómo inicio una conversación con una desconocida, para ligar con ella y si puede ser, acostarme con ella? ¿Hay que ser alto y guapo? ¿Vale con tener labia? ¿Hay una fórmula mágica para conseguirlo?
¡Ay, amigo!
Ríos de tinta se han vertido para acercarse a este tema, que no es nuevo. Lo que sí es relativamente nuevo son los posts se han publicado en blogs de supuestos expertos en seducción, vídeos de acosadores y foros de misóginos, que aprovechan para sacarle los cuartos a tipos más desesperados que ellos.
Sí: los coaches de seducción nos han mentido.
Todos los posts de «expertos seductores» son muy parecidos. Todos tratan sobre asaltar a desconocidas por la calle o en un bar.
Claro, por supuesto: no lo llaman «asaltar». Lo llaman, no sé, «romper el hielo» y cosas así. Disfrazan la intromisión, te dicen que debes «respetar su espacio» pero ¡te lo dicen una vez que ya has dejado de respetar su espacio! Proponen frases para abrir (aperturas o «pick up lines») que en realidad son cuñadeces del estilo «bueno, ahora que hemos roto el hielo», actualizaciones del clásico «estudias o trabajas».
Pero lo peor es que todos los gurús certifican una cosa: que el hombre es dueño del espacio público y que puede hacer lo que quiera siempre y cuando siga unos mínimos de decencia, que en muchos casos no son más que convencerse a sí mismo de que no ha hecho nada malo.
«Hey, en cuanto me dijo que no la tercera vez, me fui a mi casa». Hombre, pues si has necesitado 3 tarjeras rojas para irte a casa te diría que no, no es para estar orgulloso.
Conocer o no conocer: no pasa nada en ningún caso
Aquí, en Antiseductor, estoy convencido de que conocer a una persona desconocida se puede hacer de otra forma (es decir: no hace falta asaltar a desconocidas en la calle, el metro o el bar) o, directamente, se puede no hacer.
Y no pasa absolutamente nada.
«Tú intentalo, el no ya lo tienes»
Seductor científico: ¿De verdad quieres ser esa clase de tío?
Lo primero de todo es que separemos dos cosas: ser tímido y no ligar.
No estamos hablando de la misma cosa. Hay cursos para superar la timidez o la fobia social y no están impartidos por pavos que dicen ser maestros seductores (sino por psicólogos titulados) y no están enfocados a que folles más.
Se puede ligar y ser tímido, se puede ser tímido y no ligar, se puede ser extravertido y ligar, se puede ser extravertido y no ligar. Mucho ojo con los listos estos que emparejan las dos cosas.
En cuanto a los seductores científicos… nos han mentido y nos mienten a la cara todo el rato.
¿Follar más es ser más hombre? La respuesta es NO
Se han ido creado a lo largo de muchos años, y por variadas razones, una serie de falsas sensaciones o razonamientos. Aunque estas sensaciones o razonamientos no sean verdad, sí se han hecho efectivas. Es decir: cuando sentimos que el éxito se mide en función de a cuántas tías te tiras, o cuando sentimos que la única forma que tiene un hombre como tú y como yo, un hombre cis, un hombre heterosexual, de relacionarse con mujeres es si al final hay sesión de cama… eso son cosas que no son ciertas, pero que nos parecen ciertas.
Nos hemos creído que debemos conocer a cuantas más chicas mejor, que es absolutamente normal querer a las mujeres solo por el placer que pueden proporcionarnos, que es correcto acercarnos a una desconocida y pedirle el número de teléfono porque «el no ya lo tienes» y «nunca se sabe qué puede pasar».
Básicamente, lo que se ha conseguido es borrar de nuestra mente a la otra parte de la ecuación: LA MUJER QUE TENEMOS DELANTE, porque lo importa somos nosotros, nosotros, yo. Parece que todo gira a nuestro alrededor… y el de nuestro pito.
Tal ve, la pregunta que debemos hacernos a la hora de enfrentarnos a un método de seducción científica no es si funciona o no, sino «¿realmente quiero ser este tipo de tío?»
¿Quiero ser un hombre que solo se relacione con las mujeres por impulsos sexuales? ¿Quiero ser un hombre a quien no le importen los sentimientos de la chica que me gusta, porque solo quiero follármela? ¿Quiero ser un hombre que justifique el acoso callejero porque «bueno, es que los chicos somos así», o porque «no lo decía a malas»?
Yo creo que no. Yo creo que los hombres no queremos ser unos cenutrios insensibles sin empatía. Lo que pasa es que es fácil acabar siéndolo, aunque a veces sea, tal vez, solo un poquito.
Cómo conocer a una desconocida sin molestar
BUENO.
Al lío. ¿No íbamos a hablar de cómo conocer mujeres, o cómo no conocerlas? Pues ea:
Hay formas no invasivas de conocer a gente.
Sí, has leído bien: se puede conocer a gente sin ir a la barra del bar y decirle a una chica «hola guapa estás sola». Pero lo más gracioso es que las formas no invasibas de conocer gente ya las conoces, y las has estado llevando a cabo desde que tenías 3 años.
¿No me crees?
Seguro que te tocó ir a la guardería, y si no al cole, y allí conociste a otros niños y otras niñas, algunos de los cuales seguro que siguieron formando parte de tu vida mucho tiempo después. Lo que pasa es que no las entiendes como «forma de conocer a gente» porque, como decíamos antes, nos han metido en la cabezota que para conseguir relacionarnos con mujeres en el plano sexual/romántico hay que realizar otro tipo de acciones, tratarlas de una forma diferente a como nos trataríamos a nosotros mismos.
En serio. Has ido al cole, te has sentado con alguien en pupitres contiguos y te has presentado, le has preguntado que si le gustaban los Power Rangers o Doraemon y ahora, años después, seguís siendo colegas. Hacer que gente desconocida pase a ser conocida es posible, y además no supone inevitablemente asaltar a una chavala en el metro o en el bar.
Cómo sé si estoy molestando a una chica
A los seductores científicos y sus métodos de mierda no les importa nada qué piense o qué sienta la mujer a la que le estás entrando. Se la suda. Ni se lo plantean. Solo quieren probar a ver qué pasa. Si funciona bien, si no pues pasamos a la siguiente… o seguimos insistiendo.
Si sigues insistiendo, lo más seguro es que vayas a molestar a la chica con la que estás intentando tener una (infructuosa) conversación.
Lo difícil de saber si estás molestando a alguien o no es que es imposible saber que molestas a una persona hasta que la molestas y te lo dice o lo expresa de alguna forma reconocible.
A veces, incluso, puede pasar que molestes a una persona y ni siquiera te enteres, ni en el momento ni mucho tiempo después, pero eso no quiere decir que no la hayas molestado. Esto ocurre no solo a la hora de ligar, sino en cualquier situación.
Básicamente, es imposible saber si vas a molestar a alguien a priori.
A estas alturas de la película, sin embargo, tenemos algo más de información y no vamos totalmente a ciegas, tampoco en el tema de ligar. Hemos oído a amigas, a parejas, a hermanas y a compañeras de clase hablar de pesados, de babosos y de acosadores. Esto está muy bien, porque de entrada ya sabemos que hay actitudes tienen más posibilidades de resultar molestas que otras.
Un comentario sobre el físico de una persona (aunque nosotros pensemos que la estamos halagando) o una frase supuestamente graciosa para romper el hielo en una discoteca se nos han vendido como actitudes correctas que, en realidad, no tienen por qué serlo. ¿Por qué arriesgarnos a molestar a alguien cuando podemos, directamente, evitar ponernos en una situación donde no sabemos si vamos o no a molestar?
You’re old enough / so people say / to read the signs / to walk away.
Esto es de It’s raining again, de Supertramp, que habla de una persona a la que dejan, pero que perfectamente puede aplicarse en este contexto. «Eres lo suficientemente mayor para darte cuenta de lo que pasa y dejarlo estar».
No te hagas el tonto: ya hemos dicho que es imposible saber si algo molesta a alguien de entrada, pero es obvio que si te ponen toda la cara de asco o si evitan establecer contacto visual contigo cuando estás bailando como Zoidberg en un antrazo a las 5 de la mañana no tiene por qué ser por timidez. Es posible que estés siendo un pesado.
Nadie quiere ser un pesado.
Trucos para ligar, frases infalibles para iniciar una conversación, consejos para que te encuentren más atractivo… ¿te suena?
Los has visto y los has leído, los comparten en Twitter y en Facebook, están en Youtube y todos son exactamente iguales y nunca, jamás, tienen en cuenta a la otra persona.
Estos supuetos consejos refuerzan los estereotipos y roles de género y te dicen que manipular está bien, porque no lo llaman manipular, lo llaman seducir. Haz esto, haz aquello, deja que te necesite, pórtate bien con ella pero tampoco tanto como para ser un pagafantas, establece una estrategia y emplea las tácticas que te enseñan sin preocuparte de los sentimientos de la otra persona. Basura que no solo es machista, sino también neoliberal, clasista y racista. Estate atento y, cuando la veas, dale toda la caña que puedas.
Y, sobre todo, no le hagas ni caso.
Si no sabes si con tu actitud vas a molestar a una persona, ni tan siquiera lo intentes: evita ponerte en la incómoda situación de que te rechacen y evita poner a la otra persona en la incómoda situación de estar siendo molestada.
Has conocido a gente a lo largo de tu vida, y en muchos casos ha sido sin empezar con un «hola guapa qué tal». Piensa en ello. Piensa en cómo has trabado amistades de forma natural, sin molestar, y te darás cuenta de que podemos hacerlo mejor. Podemos ser mejores. Podemos conocer a alguien que, tal vez y si esa persona quiere, pase a ser algo más que una amistad. Lo que no podemos hacer es forzar a nadie a que folle con nosotros o tenga una relación con nosotros si no quiere. Ninguna frase mágica consigue esto, y si lo consiguiese sería horrible.
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