No hace mucho que uso la palabra “asexual” para definirme. Antes de eso, me machacaba constantemente porque no encajo en lo que se me había hecho creer que era LA forma “normal” de sentir y expresarse. Esto, lo mires como lo mires, es violencia y ha afectado a mi salud mental. Lo digo por los que dicen que las etiquetas son inútiles. No lo son. Ayudan a la gente a no sentirse sola, enferma, extraña, rota, condenada a una vida infeliz.
A mí me llevó un tiempo sentirme bien con la palabra “asexual”. He tenido relaciones sexuales con varias personas y he disfrutado del sexo, aunque llevo unos dos años sin tener relaciones sexuales con nadie ¡y no lo echo nada de menos! (y no, eso no significa que las personas con las que he practicado el sexo no supieran hacerlo “bien”… que ya me han venido con estas en varias ocasiones, y no). Me enamoro de gente constantemente (y con mucha intensidad, pero quizá lo que enamorarse significa para mí no es lo mismo que para otra gente). Nada de esto significa que no sea asexual. La asexualidad se define como la falta de atracción sexual (el arromanticismo es la falta de atracción romántica). Pero esto son definiciones rígidas y, evidentemente, cada persona siente de forma distinta. Yo, en particular, sí he sentido atracción sexual hacia algunas personas, pero muy tenue y fugaz (y no sé si volverá a pasar nunca). Sí sé reconocer cuando alguien es atractivx de forma convencional.
Además, para mí (y para mucha otra gente) la línea divisoria entre amistad y amor romántico no está muy clara (bueno, es que de hecho es una construcción cultural, pero esto para otro día). Siento afecto por mucha gente y de maneras distintas. Me gusta mucha gente, y cuando conozco a alguien nuevo y esa persona me gusta mucho, normalmente lo que me apetece hacer es charlar durante horas sobre la vida, música, libros, películas y chorradas varias. Quiero que esa persona forme parte de mi vida, quiero contribuir a su felicidad, no quiero ningún tipo de atadura que se parezca en lo más mínimo a la propiedad, quiero ser libre y dar libertad a esas personas para hacer lo que sientan que quieren hacer. Para saber qué quiere una persona de su relación contigo, lo mejor es siempre hablarlo y preguntar. Siempre. No quiero ser el centro del universo de nadie y no quiero que nadie sea el centro de mi universo, ni siquiera yo. Las jerarquías y los centros no tienen cabida en la forma en la que siento. Tengo varias relaciones así que han durado mucho tiempo y son más significativas y me llenan más que otros tipos de relaciones que también he probado. Para mí, la conexión emocional es mucho más significativa que la conexión sexual, aunque sí siento lo que se llama “atracción sensual” (con algunas personas me apetece abrazarme y besarme, pero no sucede muy a menudo). Ah, y me niego a usar eufemismos para el sexo como “acostarse”… a veces me apetece dormir en la misma cama y hacer la cucharita con alguien (o con varias personas) de forma completamente no sexual. Para mí, es bastante cansado lidiar con el hecho de que la gente que sí es muy sexual vea sexo en todas partes, aunque entiendo que es una parte bastante grande de la vida de muchas personas.
En resumen: la gente que siente de forma distinta a ti existe y va a seguir existiendo. Acéptalo ya, tu vida será más fácil y la de esas personas también. De hecho, es bastante probable que tú tampoco encajes en los moldes en los que la heteronormatividad quiere forzarte a encajar. Está bien, no es el fin del mundo (de hecho, con suerte, estamos empezando algo que nos llevará a sentirnos a todxs un poco más cómodos y libres).
En este mismo instante (de 19 al 26 de octubre), se celebra la Semana de la Concienciación sobre la Asexualidad (Asexual Awareness Week). En contra del discurso hegemónico que nos empuja a pensar que el deseo sexual es universal, surge esta iniciativa, dentro de un movimiento mucho mayor, para dar a conocer otra realidad. Las personas que integran la comunidad asexual, así como las personas que no se adscriben a ella pero que tampoco viven la sexualidad como parece que está preescrito, existen y hoy una de ellas ha decidido contárnoslo en el blog. Gracias.